¿Juega Dios a los Dados?


[...]Matemáticamente nunca podremos describir este escenario, ya que un algoritmo que nunca se detiene, constituye lo que se denomina una "referencia circular"; aunque ésta no es más que una solución que el "sistema" no contempla. [...]

¿Cuál es la característica fundamental de una teoría unificada? Fundamentalmente es ésta: No puede depender de explicaciones posteriores. No necesita, por tanto, de más explicaciones. La teoría debe de "contener" la explicación en sí misma. Si no fuera así querría decir que no es una teoría final, que habría "algo" subyacente que aún no hemos sabido explicar.

Esto también significa que no puede depender del lenguaje que utilicemos para describirla; el Universo ya existía antes de nuestra llegada. Si en cualquier otro punto del Universo existiera una civilización como la nuestra, o incluso más inteligente, describiría el Universo a su manera. Los símbolos y, en consecuencia, los conceptos que utilizarían para describirlo serían, con toda probabilidad diferentes a los nuestros.

Esto implica, directamente, que una teoría unificada debería ser independiente de cualquier concepto o magnitud física. Un concepto no es más que la interpretación que damos a un símbolo. Dicha teoría debería, en consecuencia, ser un patrón en sí misma.

Newton, Einstein y Planck encontraron algunos de esos patrones ocultos. Dichos patrones son universales. Los conceptos que representan, expresados de la forma que sea, también afectarán a otras potenciales civilizaciones que quieran entender el Universo. Sus leyes universales parecen ser, realmente, patrones finales. Son universales tanto en la distancia como, igualmente importante, en el tiempo: han existido desde el principio de los tiempos.

Una teoría unificada básicamente consiste en saber que patrón final, si existe, rige en el Universo entero, incluso más allá de lo que denominamos espacio-tiempo, más allá del propio Big-Bang e !insisto,! un patrón que es independiente de nosotros mismos, y de nuestra particular forma de expresar los conceptos. No sólo ha de ser independiente de cualquier concepto físico sino incluso de nuestra manera de expresarlo, el propio lenguaje matemático.

Si el Universo siguiera indefinidamente, incluso más allá del Big-Bang o del "cuanto" de Planck, querría decir que probablemente nunca se detendría, de alguna manera no tendría un final. Curiosamente esta parece ser la característica fundamental de nuestro universo, que se basa precisamente en los ciclos. (En un ciclo no podemos determinar un final pero tampoco un principio). Matemáticamente nunca podremos describir este escenario, ya que un algoritmo que nunca se detiene, constituye lo que se denomina una "referencia circular"; aunque ésta no es más que una solución que el "sistema" no contempla. Con "sistema" me estoy refiriendo a toda nuestra lógica matemática.

La física no contempla más allá del Big-Bang, o de cualquier otro límite imaginario que el Universo presenta, porque su lógica descansa sobre la creencia de que el razonamiento matemático establece de forma correcta el abanico de respuestas que pueden ser ciertas. Las respuestas que quedan fuera son, simplemente, absurdas para el sistema.

Hoy día, los físicos han puesto en un pedestal a estos científicos citados. Se han convertido en sus abanderados. Sin embargo, paradójicamente, sus leyes o los patrones que estas representan son contrarios a una visión física o materialista de la realidad. Sus leyes siempre se cumplirán para cualquier masa o distancia que utilicemos para describir un sistema físico de referencia. Pero, en realidad esto significa (desde otra perspectiva) que son independientes de ellas. Sean las que sean, el patrón siempre será el mismo. Por eso son patrones finales y también, precisamente por eso, son independientes de la física en sí misma.

La física no acepta determinados planteamientos del Universo, como un Universo cíclico en sí mismo, porque quedan fuera de la lógica matemática con que interpreta los mismos. Una referencia cíclica tampoco acepta que el Universo compute de forma instantánea, que el Todo y la Parte sean el mismo concepto. Sin embargo, cuando lo observamos vemos que, efectivamente, opera de esta manera. Una "partícula" o una onda está vinculada a otra aunque se hallen en extremos opuestos del Universo. No dependen del tiempo.

Si existe una solución final, existe un patrón que rige en todo el Universo y que es independiente de todo; realmente se podría decir que estaría auto-contenido en sí mismo. Debería de expresar, de alguna manera, de qué forma el infinito parece estar estructurado, debe de decir exactamente como unificar los confines del Universo, arriba y abajo, desde todas perspectivas.

Resulta sorprendente esta "capacidad" que tiene el Universo de ser inteligente en sí mismo. Como muchos científicos han explicado, y es evidente, el Universo es un sistema de transmisión de continúa información. De alguna manera la transmisión de la información representa la inteligencia del sistema. Esta visión paradójica del Universo es muy similar a la concepción que tenemos del "Creador".

En todas las culturas antiguas se ha simbolizado a Dios o a la creación exactamente desde el mismo punto de vista, como si fuera un patrón de comportamiento. Según ellas "Dios" sigue un cierto patrón muy simple en su comportamiento. Este patrón consiste siempre en que todo se puede descomponer en manifestaciones opuestas. El ejemplo más claro quizás sea el Ying-Yang, el más visual de todos.

La ciencia, lógicamente, no contempla esta perspectiva pero esto tan sólo se debe a sus creencias matemáticas que presuponen lo que es cierto y verdadero. Y es que claro, en matemáticas nunca puede una solución ser igual a su opuesta. Todo lo contrario de lo que observamos en el Universo. El funcionamiento del Universo está fuera de nuestra lógica matemática pero eso no significa que no podamos entenderlo, exactamente, desde la perspectiva opuesta.

Ricard Jiménez
Autor de Soy luego vengo soy luego voy