Somos los Únicos Responsables de lo que Somos


[...]Erróneos pensamientos estimulan erróneas conductas celulares, con ruptura de la armonía y el equilibrio, siendo el resultado final la enfermedad.[...]

En nuestro actual nivel, la mente debe despertar y no manifestar tan solo entre el 0.1% y el 10% que manifiesta. La mente rige todas las funciones de la vida, lo hace desde su nivel subconsciente. Estamos conectados a la realidad exterior por la mente consciente. La mente consciente es la fuente de los pensamientos. Nadie puede pensar por nosotros, así como pensemos así seremos.

Somos los únicos responsables de lo que somos. Seremos los únicos responsables de lo que lleguemos a ser.

Desde fines del siglo pasado una serie de pensadores han escrito en occidente sobre el poder mental y la forma de pensar bien y el arte del pensamiento positivo.

Sin darnos cuenta de ello, hemos malgastado los pensamientos al emitir en nuestra vida más de un 80% de pensamientos negativos. Tomada nota de este nuevo conocimiento, podemos revertir la situación usando como disciplina, conscientemente, el arte del buen pensar.

La milenaria ciencia de la salud destaca la importancia de los pensamientos en el estado de salud y en el estado de enfermedad. Erróneos pensamientos estimulan erróneas conductas celulares, con ruptura de la armonía y el equilibrio, siendo el resultado final la enfermedad. Correctos pensamientos estimulan a las células a trabajar en armonía, a recuperar el equilibrio y lograr un buen estado de salud.

Hay algunas excepciones a esta regla, son las enfermedades kármicas, enfermedades que vienen genéticamente estructuradas en nosotros para manifestarse en determinados períodos de la vida o cuando ciertas circunstancias sean dadas.

No es fácil enfrentar una enfermedad kármica, la actitud mental positiva frente al problema la hará más llevadera y, si no desaparece, al menos la minimizará y nos dará la fuerza para sobrellevarla mejor.

La moderna ciencia permite comprender el mecanismo de acción de la mente sobre la materia corporal. Se han hecho pruebas de laboratorio con personas paranormales y se ha logrado graficar la fuerza mental que actúa en el lugar donde el sanador se encuentra y a distancia. El mecanismo es la visualización, es decir concentrase con los ojos cerrados en el punto hacia el que se quiere canalizar la energía y ver como fluye esa energía desde uno hacia donde se desea que actúe. 

El sistema nervioso en general y el cerebro humano en particular es el mecanismo básico de la manifestación de la inteligencia. La neurona o célula nerviosa es la base cerebral, hay más de 16.000 millones de ellas en nuestro cerebro, teniendo cada neurona desde 1.000 a 500.000 dendritas o ramificaciones que le permiten interconectarse con otras neuronas. La neurona a diferencia de otras células del organismo no se regenera, con los años, cientos de miles de ellas van muriendo.

El cerebro pesa algo más de un kilo, desde los 20 años pierde un gramo anual, en parte por la pérdida de neuronas que no se regeneran. Las dendritas si pueden aumentar en cada neurona, y es en ese nivel donde debemos actuar mentalmente estimulando a que crezcan dendritas en nuestras neuronas cerebrales, lo cual crea más y nuevos canales de manifestación de la inteligencia creativa, ello a pesar de la edad.

La ley de Weber-Fechner dice que la intensidad de las sensaciones varía de acuerdo con el logaritmo de la variación de los estímulos. Un estímulo nervioso puede ser el mismo y sus cualidades sensoriales variar significativamente de acuerdo a la intensidad del pensamiento que lo genera.

En algún lugar existe un punto en que la materia pasa a ser mente y la mente pasa a ser materia, la mecánica cuántica ayuda a entender este salto dimensional que ocurre en nosotros a cada instante.

Con el poder de la mente podemos influir sobre la materia de nuestro organismo, influir sobre la base de sustentación del mismo que son las células. Cada célula está dotada de inteligencia y vibra con cada pensamiento nuestro, cada pensamiento correctamente canalizado armoniza el organismo estimulando los circuitos cerebrales existentes o creando nuevos circuitos, estimulando las substancias neurotransmisoras existentes o creando nuevas substancias neurotransmisoras que llevan la armónica energía que hemos canalizado desde el nivel mental, transformándose en el nivel material como algo físico.